No dudar de todo, levitaciones y libertad creativa.
Guiado por una llama incontenible, por la misma contumacia y férrea tenacidad que le es ampliamente acreditada por los despliegues en las otras dimensiones de su vehemente impulso creativo, el escultor, fotógrafo, pintor Alejandro Fournier, alias Joe from Wisconsin, cómo si no fuera suficiente, también le ha destinado cuantiosa energía a la grabación de canciones. Estás vuelan en el género fibroso del post punk. Y ahí, en esa estética, también ha sucumbido a la tentación de explorar en las ramas subgenéricas que el canon fundado por Velvet Underground, The Stooges, obviamente Bowie, ha inyectado a la alternativa del canal Art pop.
En efecto, su primer álbum, titulado a partir de las letras mayúsculas de la identidad supuestamente clandestina, el intrépido JFWpublicado en 2010, revela una refrescante señal dadaísta, pero también gozosamente acorde al credo DIY (hazlo por ti mismo), fundamento idiosincrático del fenómeno sociológico punk. Desafío al acceso coartado por el poco imaginativo rock nacional, enarbolando un signo de mocos- güey-hago-lo-quiero (y-me-sale-mejor-que-a-ti), con una hábil enunciación electrónica como complemento del que será su característico discurrir por el recurso de una ristra exenta de fáciles pretensiones elegiacas que sin embargo, desde su jerga (que en momentos recuerda al impulso de Mark E. Smith de The Fall) manifiesta un desconcierto urbano, una inevitable entropía, una inflación romántica, evasiones a otros panoramas desde el aislamiento, el deseo erótico, y una sed de deriva. Inductor del mismo aceite que fluye por los otro cuatro ejercicios del símil fourneriano musical, pero que en este enganche es particularmente más arrojado, inflamado, dionisiaco, y aún más quijotesco qué en posteriores aventuras del de Wisconsin.
Del primer cofre de sorpresas de JFW, ese JFW, seleccioné para la regia antología que ahora es publicada en vinilo, tres piezas neurálgicas: Another anarchy V,Broken hearts(guiño a la primera encarnación de Ultravox, que por cierto, sin que lo supiera Joe entonces…cómo sucede con otras referencias que se cuelan a lo largo de esta trayectoria, tan inspirada como auténticamente marcada por autonomía), y una más que se llama Distancia, prueba de que el también videoartista puede permitirse salir librado en español.
El modelo detrás de este ejercicio anexo al del artista visual y plástico que ha tomado Alejandro como un objetivo trazado por la urgencia, que conjuga la transpiración vital, de patente exigencia creativa, de deliberación y de ubicación consciente dentro de una esfera de sinonimia, que no refiere únicamente a “estilo” personal, sino a la posibilidad de construir líneas transversales en una sola trayectoria, en un solo proceso que insiste ser multidimensional, y que en consecuencia requiere transformaciones regulares para avanzar.
Del ejercicio que volcó el Joe en Moment, su segundo, publicado en 2013, el cual me parece un evidente tiento más cauto que la primera aventura, pero más encauzado a la vena industrial de Mute (con el consecuente toque de Depeche Mode) ubiqué Downloady Desde arriba. Ésta, sin embargo a la mención a esa cuota de Daniel Miller, suena más a un paseo trip hop, apuntando más bien hacia Portishead, y no solo por la punzante colaboración femenina (Valentina González) remitente a Beth Gibbons, sino por el acento introspectivo, nostálgico, etéreo, de la evocación de un efímero pero apasionado trastorno, asignado al “momento” que el título del álbum advierte. Una probada del romanticismo que envuelve a todo el cuerpo de obra de Fournier/JFW, y de manera singular en sus subsecuentes capítulos cánticos.
Levitationes una operación díptica dividido en dos tomos. Aunque ambos cuentan con un espléndida factura, es en elIdónde se dieron mejores la flores, y de ese salieron dos para el ramo:Nowy Human clouds. Piezas volátiles, frías, que creo no equivocarme podrían estar asociadas al periplo de Alejandro por Islandia: frente al mar imponente, envuelto en hielo. Y así, abierto la panorámica aural, más texturizado el sonido, y quizá también más gótico. Ian Curtis y Peter Murphy, y va, ya estando en esas exaltaciones álgidas, abrigados por una fruición calentorra a la Gus Gus, sabrosamente nórdica.
Otro proyecto alterno a Joe from Wisconsin es, o fue The Moment Klktv, progenitor de la pieza más pulida, más precisa y radiante de las experiencias líricas de Fournier. Este Dudar Todose aparta un poco de la pátina electrónica, y discurre abrazado por guitarras y una diestra sección percusiva. Excursión sugestiva dónde el talento del maestro Fournier transita más confiado con la sólida contribución de estupendos músicos y de una suave segunda voz, hacia una impecable escala de creación que merece continuar, ya para la admiración de seguidores del pop que pisa y cacha, como quizá también para el examen de quienes checan que estas fugas rotatorias funcionan. En efecto, rubricando que la forma en que este artista domina su oficio es también, y necesariamente, legítima en paisajes alternos, echando fértil mano a la experimentación y del incuestionable latido de libertad.
Bueno, recomiendo escuchar íntegramente el Dudar Todo, de donde tome Requiemy Skin and soul.
Y cómo sea, y por supuesto en esta lograda “best of..”, la compilación palatina vestida con un diseño espectacular del maestro Lou Peresandi.
Ahí la tienen: otra buenísima pieza de colección, de un notable inventor polimórfico.
Guillermo Santamarina.